
Las casetas de feria ya rodean el recinto preparadas para su cometido más lúdico. No así el tradicionalmente comercial, que al fin y al cabo fue el origen de este tipo de acontecimientos. La venta de tejidos, vinos, ultramarinos, alfarería, marroquinería, productos confeccionados con mimbre o esparto y la propia cuchillería, han quedado en un segundo plano para dar paso al ocio. Son otros tiempos y solo nos resta adaptarnos a ellos y evolucionar. Lo de las alpargatas de esparto queda para los más mayores y los nostálgicos.
No os lo gastéis todo en comer y beber, dejad algo para el comercio.
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